Debilidades de una persona
Debilidades de una persona
Las debilidades
de una persona son rasgos o aspectos de la personalidad considerados
negativos por la sociedad. Pero reconocer nuestras debilidades es una expresión
de fortaleza. Significa que estamos trabajando en conocernos a nosotros mismos
y que estamos dispuestos a mejorar y superarnos.
Por esta razón,
tanto en las entrevistas laborales como en la elaboración de perfiles de
todo tipo, el conocimiento que tengamos de nuestras propias debilidades es
esencial, ya que nos ayuda a darle a los entrevistadores una idea más auténtica
de quienes somos y de nuestro valor como personas.
Con el
objetivo de que puedas conocerte un poco mejor, elaboramos esta lista de
algunas de las debilidades más importantes para mejorar.
1. Egoísmo
El egoísmo
implica pensar en el beneficio propio por encima del bien común. Es una
debilidad que afecta el desarrollo personal y es negativa en entornos de
trabajo, en donde usualmente se requiere ejecutar tareas en equipo.
Una persona
egoísta no comparte sus recursos (dinero, conocimientos), ni está dispuesta a
ayudar o recibir ayuda. Reconocer la importancia del otro y comenzar a pensar
un poco más en el entorno cercano antes de llevar a cabo un acto egoísta,
pueden ser primeros pasos para mejorar este debilidad.
2. Falta de
empatía
No tener la
capacidad de entender lo que piensan o sienten las otras personas es una
debilidad muy común. La falta de empatía está influenciada en gran medida por
un pensamiento egoísta y es un obstáculo para construir vínculos personales y
laborales sólidos.
Una persona
poco empática no tiene la capacidad para entender a los demás, por lo tanto es
un debilidad que afecta gravemente las relaciones interpersonales. Hacer el
esfuerzo por comprender la situación del otro, incluso aunque no nos afecte o
nos incumba, es un forma de cultivar la empatía.
3. Timidez
La timidez
es el miedo al juicio social. Aunque se suele asociar la timidez con la
introversión, en realidad se trata de dos cosas distintas. La introversión es
un rasgo de la personalidad mientras que la timidez es una debilidad personal.
La timidez
puede impedir que una persona exprese sus ideas o desarrolle su potencial
creativo por temor a ser evaluado negativamente, por lo tanto es una debilidad
que puede derivar en aislamiento social.
Cultivar la
autoestima y fortalecer la creencia de nuestro aporte al mundo son formas de
lidiar con la timidez.
4.
Inseguridad
La
inseguridad es una debilidad asociada a la falta de confianza en sí mismo y en
los demás. Es la sensación de ser vulnerable ante las circunstancias, por lo
tanto, nos resta poder de decisión y de acción ante lo que sucede.
Una persona
insegura va a dudar de todo lo que diga y haga, nunca va a estar satisfecha con
los resultados y se enfrentará a los retos con nerviosismo. Cultivar la
confianza, reconociendo que estamos preparados para los diversos retos de la
vida, puede ayudarnos a superar la inseguridad.
5.
Dependencia
La
dependencia puede expresarse como la incapacidad para tomar decisiones y
manejar la propia vida de forma autónoma. En la niñez y la adolescencia, es
normal ser dependientes de los padres, pero al llegar a la adultez, lo esperado
es las personas puedan hacerse cargo de sus vidas.
En el
ambiente laboral, un trabajador dependiente va a necesitar que alguien le diga
todo el tiempo lo que tiene que hacer, lo cual obstaculiza la eficiencia del
equipo y la del propio empleado. Tener claras nuestras tareas y hacer el mejor
esfuerzo por ser proactivos son formas simples de mejorar la dependencia en el
trabajo.
6. Soberbia
La soberbia
es una sensación de superioridad que impide que la persona sea capaz de
reconocer sus propios errores y de ver a otros como iguales.
En una
empresa, un trabajador o un líder soberbio puede ser un obstáculo para el logro
de objetivos comunes, ya que siempre tratará de imponer su visión y de
descalificar a sus compañeros. Cultivar la humildad y entender que existen
otros puntos de vista puede ayudar a mejorar esta debilidad.
7. Envidia
Es una
debilidad caracterizada por la insatisfacción que genera no tener lo que otros
tienen, bien sea en términos materiales (dinero, empleo, estabilidad) o
afectivos (pareja, familia, vínculos saludables).
La persona
envidiosa generalmente descalifica lo que otros tienen porque es su manera de
desahogar el malestar que le produce no tenerlo. Entender que es posible tener
lo que deseamos si nos trazamos un plan de acción y trabajamos por ello es una
forma de darle menos espacio a la envidia en nuestra vida.
8. Apatía
La apatía es
la falta de entusiasmo. Es una debilidad de las personas que no tienen un
propósito vital, por lo cual nada les interesa puesto que sienten que no tienen
objetivos que cumplir.
Una persona
apática puede entorpecer la dinámica familiar, educativa o laboral, ya que
probablemente será poco participativa o no tendrá el interés necesario para
cumplir sus tareas. Comenzar a indagar sobre lo que realmente nos gusta y
atrevenos a experimentar cosas nuevas pueden ser recursos para enfrentar la
apatía.
9.
Hipocresía
La
hipocresía es el ocultamiento de las verdaderas intenciones. La persona
hipócrita puede ejecutar una acción alegando un propósito, cuando en realidad
lo está haciendo con otra motivación.
Cuestionarnos
el valor de nuestras verdaderas intenciones y sus posibles consecuencias puede
ayudarnos a dar un paso atrás antes de actuar con hipocresía.
10.
Irresponsabilidad
Se refiere a
la debilidad personal para encarar un asunto. El sujeto irresponsable no tiene
la voluntad para hacer una tarea, pero tampoco asume las consecuencias que esto
puede generar.
Un
trabajador irresponsable puede convertirse en una carga para sus compañeros y
eventualmente puede generar problemas mayores en su organización, mientras que
un padre irresponsable genera inestabilidad familiar.
Hacernos
responsables por las consecuencias de nuestros actos es una muestra de madurez
y evolución personal.
11.
Desconfianza
La
desconfianza es la creencia de que las demás personas nos van a fallar, o de
que las circunstancias no serán favorables para el logro de un objetivo.
Una persona
que desconfía de quienes le rodean está subestimando sus habilidades. Esto
puede generar la necesidad de controlar lo que hacen los demás, generando
malestar en el entorno.
Aprender a
soltar el control propio y sobre los demás, confiando en que cada persona está
haciendo lo mejor que puede es el inicio para recobrar la confianza.
12.
Individualismo
Es la
tendencia a ejecutar las acciones que se consideran correctas, sin tomar en
cuenta la opinión de otros.
En el
ambiente laboral, el individualismo se expresa cuando una persona ejecuta
tareas según su parecer sin considerar al resto de su equipo. Cuando
reconocemos que formamos parte de un equipo y que el resto de las personas
también cuenta, estamos dando un primer paso para superar el individualismo.
13. Desorden
El desorden
es una debilidad personal de quienes no pueden gestionar sus recursos tangibles
(como el dinero) o intangibles (como el tiempo)
Por ejemplo,
quien no puede mantener el orden de sus espacios físicos, o quien no puede
organizar sus prioridades y tareas es una persona desordenada. Establecer
prioridades cotidianas, clasificar y organizar un espacio pequeño son algunas
formas de comenzar a implementar el orden en nuestra vida.
14. Falta de
modales
Los modales
son normas de comportamiento que expresan la educación y cultura de quien los
ejecuta.
La ausencia
de buenos modales es una debilidad personal que puede limitar las
oportunidades, ya que aísla socialmente a quien no tiene la capacidad de
comportarse adecuadamente. Tener la disposición para aprender y poner en
práctica buenos modales nos puede conectar con muchas posibilidades.
15.
Irrespeto
La falta de
respeto es la falta de voluntad para acatar las normas, por lo tanto es uno de
los rasgos negativos que más atenta contra la convivencia social.
El irrespeto
puede expresarse como falta de consideración hacia otras personas, ignorar a
las autoridades, líderes, compañeros e instituciones, pasar por alto
compromisos o acuerdos previos, etc.
Cuando
entendemos que no vivimos aislados y que todo entorno tiene sus normas estamos
reconociendo que somos capaces de cultivar el respeto.
16.
Deshonestidad
La
deshonestidad es una debilidad personal asociada a la falta de honradez. La
persona deshonesta no es capaz de actuar de forma transparente, por lo que
suele recurrir a la mentira y la trampa para lograr sus objetivos.
Una persona
deshonrada puede convertirse en un problema serio para un equipo de trabajo o
una empresa, especialmente si las tareas a realizar están vinculadas con el
manejo de dinero.
Una forma de
sencilla de comenzar a trabajar en superar esta debilidad es pensar en todas
las consecuencias morales e incluso legales que nos puede traer.
17. Ira
La ira es
una expresión física de la violencia. La persona iracunda puede gritar,
ofender, irrespetar e incluso, agredir físicamente a otros.
La ira es
una de las debilidades personales más graves que existe ya que atenta contra la
integridad de bienes y personas, lo cual altera severamente la convivencia
social.
Cultivar la
serenidad y buscar ayuda profesional en caso de no poder manejar la ira son
formas en las que podemos proteger nuestra integridad y la de quienes nos
rodean.
18. Avaricia
Es una
debilidad caracterizada por el afán de acumular riquezas. La persona avara es
capaz de hacer cualquier cosa para obtener más de aquello que quiere acumular,
por lo que podría actuar con deshonestidad, irrespeto o soberbia con tal de
alcanzar sus objetivos.
Cuando
entendemos que acaparar sin compartir solo trae aislamiento y soledad,
entendemos que tal vez no es necesario acumularlo todo.
19. Cobardía
La cobardía
es la falta de valor para hacerle frente a los retos de la vida. Por lo
general, una persona cobarde es también insegura, ya que duda de sus propias
capacidades para resolver una situación.
Una persona
cobarde puede evitar asumir una responsabilidad e incluso, puede culpar a otros
de sus errores por temor a enfrentar la realidad. Es normal sentir temor, pero
tenemos que comenzar a trabajar en nosotros mismos para evitar paralizarnos
ante los retos.
20.
Impaciencia
La
impaciencia es la urgencia por hacer o resolver algo. Esto quiere decir que es
una debilidad que impide que la persona pueda esperar el tiempo necesario para
la resolución de una tarea.
Un
trabajador impaciente puede alterar el ritmo de trabajo o entrometerse en las
tareas de sus compañeros con tal de cumplir sus objetivos, y esto afecta el
ambiente laboral.
Entender que
todo tiene su tiempo y abandonar la necesidad de control son un buen inicio
para mejorar la impaciencia.
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